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Finanzas Éticas: el valor real del dinero

Publicado el 5 de agosto de 2023

Escrito por Murcia Cohousing

Cuando el máximo interés no es el beneficio económico, sino su impacto social y medioambiental positivo

Recientemente hemos conocido que el sector bancario español, según sus propias informaciones, ha generado en el año 2022 unos beneficios de más de veinte mil millones de euros, pulverizando los récords de años anteriores.

No es de extrañar, porque la banca tradicional se rige por criterios de máximo beneficio y tamaño, y además se debe a sus accionistas e inversores/as.

Lluvia de beneficios bancarios

Las sucesivas subidas del euribor dictadas por el Banco Central Europeo (BCE) aplicando su receta para combatir la inflación de la zona euro, les han beneficiado de forma automática, ya que el euribor de referencia anual pasó de estar en el primer trimestre de 2022 en valores negativos (-0,5%), a alcanzar en el mismo periodo de 2023 más de 4 puntos de subida (+3,65%), y aún no ha parado. 

Esto ha producido una enorme subida de los intereses devengados por parte de los bancos en su cartera de préstamos a tipo variable referenciados al euribor, que ha contribuido en buena medida a generarles esos cuantiosos beneficios llovidos del cielo. 

Pero no, no proceden de las nubes, aunque la banca no haya tenido que mover un dedo para obtenerlos. Proceden de los millones de empresas,  autónomos/as, y particulares a las que esa misma subida meteórica del euribor, les ha encarecido considerablemente su cuota mensual de préstamo, llevando a muchas/os a poner en riesgo la estabilidad de sus negocios; y a otros/as a dificultarles e incluso impedirles poder pagar sus cuotas, con el consiguiente futuro incremento de la morosidad y el resultado nefasto de embargos y desalojos de sus hogares a las personas con bajos recursos, en los casos de muchas hipotecas para adquisición de vivienda, como ya ha sucedido en etapas anteriores. 

Esta es una receta con resultados perversos, la del sacrificio que genera la pérdida de poder adquisitivo y empobrecimiento de miles de personas por la subida de los intereses de sus préstamos, para lograr la estabilización de los precios disparados por una inflación sobrevenida, a causa de un conflicto bélico y un alza en los precios de la energía fuera de control.

Principios de Banca Responsable

Alguien podría pensar que en este contexto, la banca tradicional española no ha actuado de mala fé, simplemente firmó unos préstamos con unas condiciones financieras con sus clientes, que ahora coyunturalmente le benefician al dispararse el euribor. Pues ni de mala ni de buena fé.

Resulta que 10 de los principales bancos españoles suscribieron los Principios de Banca Responsable (PRB) de la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP Fi) en 2019, destinados a alinear sus estrategias de negocio con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de Cambio Climático de París.

O sea, enfocar sus lineas de financiación e inversión bajo principios de desarrollo sostenible, con el fin de luchar contra la pobreza, garantizar la prosperidad y la paz de las sociedades, y poner límites al calentamiento global dentro de la lucha contra el cambio climático.

Pero, ¿qué nivel de cumplimiento de esos principios (voluntarios) se está produciendo realmente? Pues recientemente se ha publicado un estudio de la Cátedra Internacional de Finanzas Sostenibles, destinado a analizar  anualmente cuantitativa y cualitativamente el grado de implementación de los conceptos de finanzas sostenibles dentro de esos diez bancos que suscribieron los PRB.

Y los resultados han concluido que, aunque todas las entidades están dentro de un proceso adecuado para integrar los ODS y el Acuerdo Climático de París sobre el papel, esa transformación de estrategias y políticas financieras todavía no viene acompañada de información suficiente sobre impactos positivos o negativos de su cartera financiera.

O lo que es lo mismo, el porcentaje de activos que las entidades dedican a financiar la transformación ecológica y social es bajo y notoriamente mejorable.

O sea, muchos fuegos artificiales pero pocas o insuficientes evidencias de cumplimiento de los compromisos firmados. Y si se firma un compromiso para cambiar las cosas, hay que empezar a cambiar los huevos de cesta, de la de siempre a la de la sostenibilidad.

Fuente: escaner.dineretic.org. Made with infogram

Banca Etica

Por eso nos ha sorprendido la noticia, al leer que un banco ha decidido destinar casi un 10% de sus beneficios de 2022 a un paquete de medidas para condonar durante un año el diferencial sobre el euribor de los intereses de sus préstamos para primera vivienda, a cooperativas de viviendas en cesión de uso, que sean socias y clientas del banco. Ese banco es Fiare Banca Ética.

La medida surge del propio banco para aliviar la carga económica de las familias y personas afectadas por los efectos adversos de la subida de tipos como consecuencia del repunte inflacionario.

En España las entidades beneficiadas por esta medida son La Balma y Cirerers de Sostre Civic (Barcelona), Entrepatios Carolinas y Vallekas (Madrid), Es Porxos y Sanadors (Ibiza), Ametxe y Boronabila (Bizkaia) y Waslala (Jerez), detrás de los cuales hay 153 personas cooperativistas.

Pero claro, es que Fiare es un banco cooperativo del ámbito de las finanzas éticas, que se diferencia de la banca tradicional en que tiene un funcionamiento cooperativo, con más de 46.000 personas y entidades asociadas.

Sus objetivos son la financiación de entidades y proyectos económicos éticamente responsables y sostenibles y que generen un impacto social y ambiental positivo, en beneficio de la comunidad y centrado en las personas.

Fiare ha destinado en 2022 más de 90 millones de euros a cooperativas de proyectos de la economía social y solidaria.

Sostenibilidad económica, social y ambiental

Fiare opera en Italia y España, y está regulado por el Banco de España (BE) como el resto de entidades.

Pero hay otra entidad de este sector de la banca ética con mayor tamaño, que es Triodos Bank,  que opera en media Europa.

Triodos es un banco más al uso, con accionistas, consejo de administración, etc., pero que según la entidad, tiene un compromiso basado en “financiar con transparencia economía real (no especulativa) a través de iniciativas que compatibilizan viabilidad y una aportación positiva a la sociedad, excluyendo actividades que impacten negativamente en las personas o el medio ambiente”.

Por ejemplo, Triodos informa de haber financiado en 2022, en toda Europa, casi 25.000 viviendas sostenibles o en transición hacia la sostenibilidad.

Estos bancos no es que sean ONGs, porque también orientan su actividad hacia la seguridad financiera y la generación de beneficios, rigiéndose por la normativa financiera del BE, pero sus beneficios económicos no son lo más importante; de hecho son minúsculos comparados con el resto del sector bancario.

Lo más importante de sus inversiones financieras es que dirigen sus préstamos básicamente a sectores de la economía social y solidaria (unos más y otros menos) con criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental. 

Y también se caracterizan por la exposición pública de transparencia, tanto en su funcionamiento interno como en la trazabilidad de sus inversiones desde el punto de vista ético. 

Dentro de las finanzas éticas hay otras entidades que operan en todo el estado y  que no siendo bancos, sino cooperativas de servicios financieros, también forman parte de este sector, como  Coop57 a nivel estatal y Oikoscredit, ésta última más extendida a nivel internacional.

Derecho al acceso al crédito

En resumen, las finanzas éticas han venido para quedarse, ya que la sociedad cada vez es más sensible al uso que hacen los bancos del dinero de las personas y entidades  ahorradoras, y la idea de considerar el acceso al crédito como un derecho ciudadano va  extendiéndose por todas las capas sociales.

En consecuencia, es necesario poner al servicio de la comunidad financiación adecuada, para generar un impacto positivo y contribuir al desarrollo del tejido social en sectores claves como el derecho a la vivienda, la inserción social y laboral, la conservación del medio ambiente, la salud y calidad de vida, los proyectos de solidaridad y voluntariado, etc.

Nuestra asociación, alineada con la economía social y solidaria, confía en que se siga avanzando en la disponibilidad de financiación suficiente y asequible para las demandas crediticias de todos los sectores sociales, y concretamente de las cooperativas de viviendas colaborativas (cohousing), con criterios coherentes y justos, para que la posibilidad de lograr el acceso a una vivienda digna y sostenible pueda ser una realidad. En nuestro caso, en el marco de comunidades de viviendas colaborativas.

Pepe de Haro

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