Unas jornadas de encuentro y disfrute
Durante el fin de semana del 16 al 18 de junio, asistimos a unas jornadas de convivencia en el Albergue de Calarreona, espacio ideal, por sus magníficas instalaciones, para realizar actividades al aire libre.
Con el objetivo de seguir cohesionando grupos y disfrutar de espacios más allá del trabajo en la Asociación, nos reunimos en un encuentro entrañable, divertido y enriquecedor.
Hubo juegos, cine, paseos, baños, poesía… todo ese tipo de actividades tan necesarias para la convivencia de los grupos y para que surjan afinidades, roce y cariño.
Utilizando la dinámica del trabajo que realizamos en la Asociación, cada participante aportó sus conocimientos y aquello en lo que era más ducho.
Así, hicimos excursiones por la zona, de la mano de guías especialistas en rutas, visitando parajes preciosos de la costa y el interior de Águilas.

Quienes se atrevieron disfrutaron de un relajante baño en el mar, con el agua ya caliente en esas fechas.
Nos encantó algo tan sencillo como jugar a juegos de mesa tradicionales, agrupándolos según los gustos de cada cual: hubo quienes prefirieron baraja española, el póker o el parchís, quienes echaron unas buenas risas jugando al tabú o quienes se lanzaron a conocer nuevos juegos como el Jungle speed o el Dixit…

Contacto entre personas
La magia dio su fruto y muchos teléfonos quedaron apagados; dejamos por unas horas la vorágine de Internet y nos centramos en las personas con las que estábamos pasando esas jornadas tan agradables.
Como en otras ocasiones, compartir comida y mantel con las compañeras y los compañeros se convirtió en algo más que comer: las conversaciones que se dan alrededor de una mesa, sin papeles ni trabajo por realizar, sin prisas, sin tener que conseguir unos objetivos, se convierten en instrumentos más que eficaces para conseguir lo que al final es lo importante: crear grupos de personas unidas por los mismos objetivos, fuertemente cohesionadas de manera natural y compartiendo el sueño común (utópico, pero posible): convivir de otra manera.

A última hora del domingo volvimos a nuestras casas más felices y con la certeza de saber que son «ellas» las personas con las que deseamos seguir el camino.
¡Hasta la próxima!
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